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Este blog de análisis y reflexión, nace con la pretensión de contribuir al debate sobre el futuro y la SOStenibilidad del Sistema Sanitario Público en España, desde la óptica de los valores y principios de la Bioética, asumiendo la calidad y la excelencia como imperativos éticos.

martes, 29 de marzo de 2011

SOCIEDAD ACTUAL: FIGURAS, FIGURONES Y FIGURANTES


El 27 de marzo se celebró el día mundial del teatro, lo que, junto a la proximidad del carnaval, me ha hecho reflexionar sobre el concepto de la “máscara”, origen de la comedia griega y símbolo máximo de ese arte.
El tema va de personas y personajes: de quiénes somos y quiénes fingimos ser.
El participante en la representación helénica utilizaba la máscara como herramienta facilitadora del arrojo necesario para hacer crítica social.
Todos llevamos máscara: que cada cual intente presentar ante los demás su mejor perfil, es lógico y natural, además resulta útil y hasta agradable.
Lo lamentable es caminar por la vida en permanente carnaval, con la careta adosada y la simulación entronizada.
Casi todo es ficción, como dice Aute, en su canción: ¡cine, cine, cine, cine, más cine, por favor!
¿Tiene sentido? ¿Es gratificante? ¿Merece la pena?
Según parece, sobre todo en determinadas actividades: Sí.
Cuando mis hijos tenían una edad más receptiva, les insistía machaconamente:
Procurad no estar siempre en escena, salid de ella con frecuencia y naturalidad, relajaos de vez en cuando, no os agotéis fingiendo, no es edificante, ni cómodo, ni noble. No compensa.
Y ahora, lo proclamo igual: mostremos lo mejor de nosotros… pero no como lo único. Esa mantenida falta de autenticidad es falsa y estéril.
Observo con desmesurada frecuencia, que la hipocresía y el cinismo presiden las relaciones humanas: personales, profesionales, sociales, nacionales e internacionales.
Existe una especie de consenso tácito, que tolera y fomenta el juego de ser lo que no somos.
Los “figurones” están en cualquier ámbito: empresa, universidad, sanidad, administración, economía, arte, comunicación y… política.
A menudo ocupan las mejores posiciones y no descansan ni cuando están dormidos, si es que son capaces de conciliar el sueño, porque abundan los que duermen con un ojo abierto… ¡no vayan a perderse algo!
Recuerdo a Mafalda, la genial niña del comic argentino de los años 60, cuando, sorprendida, le preguntaba a su madre, que quería iniciar estudios universitarios a destiempo:
Mami: ¿Para qué necesita tú estudiar ahora?
… Para ser alguien, hijita, le contestaba con cariño y contundencia.
El problema es que demasiada gente quiere “ser alguien”, sin esforzarse mínimamente, sin formación, ni preparación, ni bagaje, ni experiencia.
¡Cuánto indocumentado! ¡Cuánto personaje incompetente!
¡Menuda tropa!
¿Dónde están los geniales, los imaginativos y creativos, los del verdadero talento? ¿En que lugar se esconden?... ¡Con la falta que nos hacen!
Me niego a creer que se secó nuestro país, tan históricamente prolífico.
¿Viven acobardados, desencantados u horrorizados, viendo lo que ven?
Peor aún: ¿Van exclusivamente a lo suyo… por ejemplo, a ganar dinero?
Muy pronto, seremos llamados a las urnas, lujo éste del que no disfrutan en todas partes; Ahora estamos viviendo los sucesos en dominó del mundo árabe… y lo que falta por llegar.
La duda ante cualquier comicio es: ¿Se dirá algo interesante y creíble?
¿Seguirán la mayoría con la máscara colocada?
¿Participaremos de nuevo, en esa puesta en escena?
Valorando la democracia, sin la menor duda, como la menos mala de las formas de gobierno… ¿Hasta cuando seremos comparsas de esa representación?
¿Cuál será nuestro papel? ¿Solamente el de “figurantes”?
Con tanta “figura” vendiendo humo y luego inhalando hasta el olor residual a chamusquina…
… ¿continuaremos todos en el gran teatro del mundo?
¡Con cuanta razón, los clásicos lo son!

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