SALUTACIÓN A LOS LECTORES

Este blog de análisis y reflexión, nace con la pretensión de contribuir al debate sobre el futuro y la SOStenibilidad del Sistema Sanitario Público en España, desde la óptica de los valores y principios de la Bioética, asumiendo la calidad y la excelencia como imperativos éticos.

viernes, 4 de mayo de 2012

REALISMO MÁGICO SANITARIO


Admiro la literatura latinoamericana de la segunda mitad del pasado siglo, representada magistralmente por Gabriel García Márquez, y no me resulta difícil detectar algunas de sus características en nuestro sistema sanitario. El problema es que, siendo aquello ficción, esto es muy real.
Aunque, de sus novelas, la más universalmente conocida sea “Cien años de soledad” y el autor haya afirmado que  pasará a la historia de las letras por “El amor en los tiempos del cólera”, a mí me entusiasmó “Crónica de una muerte anunciada”
Nuestro Sistema Nacional de Salud funciona, dando un digno servicio, pero está, como Santiago Nasar (protagonista del libro) irremediablemente abocado a una muerte temprana
Igual que hace García Márquez, al desvelar, desde las primeras páginas de su obra, el fatal destino del personaje, logrando anunciarlo, de manera genial, sin restar un ápice de interés a la posterior lectura, asistimos en España a una realidad sanitaria que resuelve cada día, respondiendo bastante bien a las expectativas de los ciudadanos, pero su continuidad no está, en absoluto, garantizada… salvo que medie alguna intervención "mágica".
En las narraciones del Premio Nobel se entremezclan constantemente elementos y rasgos reales, con otros propios de la cultura de la superstición.
No olvidemos que ésta (la superstición) siempre tuvo mucho que ver con la medicina: Está en su origen, persistiendo, de manera más o menos solapada, en el siglo XXI.
Pretender la pervivencia del SNS con la actual calidad, sin acometer de inmediato los radicales cambios que precisa, es creer en lo milagroso y confiar en la existencia de un peculiar “realismo mágico sanitario” a la española.
El gobierno que preside Rajoy está dando signos de conocer y asumir la envergadura del problema al que se enfrenta pero, hasta el momento, las decisiones adoptadas distan mucho de ser las adecuadas y efectivas, según mi opinión: por insolidarias, involucionistas y, muy probablemente, inconstitucionales.
El abuso se debe y se puede combatir, pero no dejando fuera de la asistencia pública a muchos inmigrantes y a los jóvenes mayores de 26 años y desempleados (la mayoría).
El absentismo rentista es odioso, pero no por ello puede atropellarse el derecho a una cobertura económica, para quién legítimamente lo merezca.
Ya se apuntó aquí esta posibilidad, bastante antes de la publicación en el BOE del Real Decreto-ley 16/2012, de 20 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones.
¿Se quiere que todo haya sido una navegación en círculo, que comenzó con la Ley General de Sanidad?
¿Estamos ante el germen de  una nueva Beneficencia para los que no ostentan la condición de asegurados?
¿Se han valorado los riesgos para: la salud pública, la paz social y la seguridad ciudadana?
Esto sería tan propio del realismo mágico como pensar (desde  otra posición ideológica) que el estado del bienestar es una especie de cielo civil.
¡Asistencia sanitaria para todos: universal, equitativa y “cuasi gratuita”, sostenida a través de los tributos generales!
Lúchese para ello, y de verdad, contra el fraude fiscal y la economía sumergida. Ahí sí que queda mucho recorrido.
Conseguido lo anterior (aunque nunca será al 100%): Pídase, además, una pequeña contribución al que utiliza el servicio sanitario, en el momento de usarlo, como estrategia disuasoria-valorativa y no con intención exclusivamente recaudatoria.